miércoles, 22 de abril de 2009

Las Marismas de Arnaldur Indridason

"Pues Indridason ya es historia. Anoche concluí la investigación para averiguar la identidad el asesino de Holberg. Ha sido un caso extraño, en su forma y en su resolución. La intensa lluvia islandesa que me calaba hasta los huesos no me dejaba pensar. Todo se me hacía cuesta arriba. Mi intuición me ponía en lo peor. Además, todo lo que me rodeaba era excesivamente aséptico: vecinos que no se hablan, familias desestructuradas, banalización de órganos humanos,... Además, mis colaboradores no eran tan sagaces como aquellos que me acompañaron en Ystad. Echaba en falta a mi querida Ann-Britt Hoglund o a Karl Evert Svedberg. Mi vivienda también me era extraña, lejos de ese pequeño rincón acogedor de la calle Marigatan (ummm, otra vez Ystad). Quizás ahora siento más cerca la bancarrota islandensa y sólo quiero huir de Reikiavik para volver a Scania, la bella Scania".
Estas son las declaraciones del agente Patxeko tras los sucesos en la urbanización Las Marismas en Reikiavik. Este agente relata que ha encontrado la experiencia Indridason interesante, dada su voracidad por la novela negra. Así mismo, afirma haber notado cierto encasillamiento en los tópicos del género (asesinato brutal, escasez de pruebas, amplio abanico de teorías sobre el crimen...) que le han negado la frescura de Stieg Larsson. Espera que las próximos casos sean más jugosos.
Finaliza aquí su informe y poniéndose a disposición de sus superiores el detective ERLENDUR, estación policial de Reikiavik

lunes, 20 de abril de 2009

Malditas sensaciones

Sigo inquieto. Pensaba que la vuelta a clase me instalaría en la paz, pero no es así. Lo que hoy debería haber sido una tarde perfecta ha tornado a plomiza por estas malditas sensaciones. No disfruto de la lectura, del cine o de una interpretación dura de Schubert.

Acabo de llegar después de ver en la filmoteca "Vals con Bashir" de Ari Folman. Hablando de facts & figures, os diré como guía que esta película estuvo nominada en la última gala de los Oscars en la categoría de mejor filme de habla no inglesa.
No me ha terminado de convencer. Creo que el director pone más interés en las imágenes que en la historia y se me hace farragoso el desarrollo de una historia que conozco en la superficie y de la que esperaba que me mostrara más matices. Al querer volar alto, el narrador-director se olvida de lo mundano, de la realidad de lo que sucedía en los campos de refugiado de Sabra y Chatila en los años 80, donde la vida valía lo que determinara la suerte. Todo 100 % aleatorio.

Voy a continuar haciendo cosas, porque me agobia la sensación perenne de tener algo pendiente.
Nos vemos,
P.

domingo, 19 de abril de 2009

Inquietud

Estoy inquieto. La vuelta a las clases me produce sensaciones extrañas. Mucho tiempo alejado de la pizarra y la tiza. Hoy, por ejemplo, no consigo disfrutar de una buena película o de un libro trepidante.

Literariamente, estoy a tope con "Las Marismas" de Arnaldur Indridason. Sigue la estela de Larsson y Mankell, retratando la sordidez de las sociedad que rayan el círculo polar artico a través de unos personajes con multitud de aristas.

En cuanto a la imagen, estoy empapándome a tope de "Orgullo y Prejuicio". El viernes devoré la última versión cinematográfica y ayer me empapé de la serie "Lost in Austen", curioso experimento donde una fanática de la obra se ve mágicamente trasladada dentro de los paisajes de Derbyshire donde transcurre la novela. No es nada del otro mundo, pero para nuevos Austentólogos como yo, resulta resultona. Perdón por el ripio.
También he hecho un hueco a un clásico: "La Condesa Descalza" de Mankiewicz con Bogart y la Gardner. Una mezcla de cenicienta devorada por una hoguera de vanidades que mariposean alrededor de esos lugares tan excéntricos como son Hollywood, la riviera francesa o las orillas noblescas del Arno.

Ahora intento centrarme en estas últimas horas antes de reemprender mi papel de docente. Ya lo cantaba Serrat:

Y con la resaca a cuestas
vuelve el pobre a su pobreza,
vuelve el rico a su riqueza
y el señor cura a sus misas.

Se despertó el bien y el mal
la pobre vuelve al portal,
la rica vuelve al rosal,
y el avaro a las divisas.

Se acabó,
el sol nos dice que llegó el final,
por una noche se olvidó
que cada uno es cada cual.

Vamos bajando la cuesta
que arriba en mi calle
se acabó la fiesta

P.

miércoles, 15 de abril de 2009

Todo tiene su fin


Hoy he concluido la bonita relación que he mantenido durante una semana con las estupendas Bennet. Como las define su propio padre son necias e ignorantes, pero tienen algo que me han atraído sin remisión. Qué buenos momentos he pasado con Lizzy y sus prejuicios hacia el orgulloso Darcy.
Si fuera objetivo denunciaría a la escritora por misógina y por ingenua, pero dejaré el poder de decisión a la imaginación y agradeceré que alguna vez haya escrito las palabras con que se adorna esta historia. En una lectura rápida se puede caer en el error de pensar que es una historia plana y vacía sobre unas chicas que buscan la mejor forma de casarse y unos hombrezuelos que se exhiben cual papagayo. Ya la propia autora comienza con una declaración de itenciones. Las dos primeras líneas son "Es una verdad de todos conocida que el soltero en posesión de una buena fortuna ha de estar buscando esposa". Pero a mí me ha encandilado la riqueza de los personajes, donde los secundarios tienen tantos matices como los protagonistas. Además, Austen posee un estilo narrativo intemporal que hace salvable los casi 200 años que separan su momento vital del mío. Al final nos da una lección: el corazón humano ha sido estúpido, es estúpido y será estupido por los años de los años; pero qué felices somos cuando se alinea con otro igual. Ahora seguiré empapándome de esta historia con la serie de la BBC, la película de Joe Wright y la serie "Lost in Austen". Ya os contaré

Ayer tocó acudir al macrobotellón en Murcia donde me lo pasé fantásticamente junto a alguno de esos imprescindibles que adornan mi vida y a los que tanto tengo que agradecer. Ahora toca reposo: mucha literatura, mucha música y algo de cine.

Nos vemos,
P.

lunes, 13 de abril de 2009

De vuelta II


Esta es la segunda vez que comienzo así un post. Pero bueno, supongo que la vida es, en cierto modo, cíclica y estamos en un constante bucle. ¿Por qué ahora tengo ganas de volver a escribir? No lo sé, pero me apetece y ya está.
Hoy comienzo mi segunda semana de vacaciones y esta vez espero que sea de descanso, porque en la anterior no he parado. Ese estúpido sentimiento que tengo dentro de mí, me lleva a quedar inexorablemente con la gente, cuando mi mente me pide un poco de música y un mucho de literatura. Tengo mucho pendiente y no saco las cosas para adelante.
Ya estoy cumpliendo con mi primer encargo personal: actualizar el blog. Y la mejor forma de hacerlo es hablando de cine y literatura.

Cinematográficamente, lo más destacado de la semana pasada fue "Los Abrazos Rotos" de Almodóvar. Sí, ya sé que es siempre lo mismo: gays, relaciones truculentas, mucho culebrón en la historia y cierto fetichismo por alguna parte de la anatomía humana. Pero esta vez me ha gustado. El director manchego tiene esa forma de contar historias que, según el momento en que te pille, puede escandilar como provocar náusea. Almodóvar tiene algo que no tiene ningún director español y muy pocos extranjeros: capacidad de emocionar con una sola imagen. Algunos momentos de la película son para enmarcarlos (no por la historia, sino por la secuencia). En esta película la historia central tarda en surgir y provoca cierta ansiedad por la incertidumbre de ver una planta que no termina de germinar, pero cuándo aparece la primera flor sabes que el fruto será provechoso. Es recomendable ver esta película para hacerse una opinión personal. Creo que no encontraré dos opiniones iguales sobre este film.

Literariamente, mis dos últimos descubrimientos son "El edificio Yacobián" de Alaa al Aswany y "El Malogrado" de Thomas Bernhard. El primero juega al engaño con el lector pues sus múltiples personajes son meros secundarios del inmueble que da nombre a la novela. Se disfruta página a página con un ritmo muy conseguido y unas historias que se hacen cercanas. Una buena opción para leer algo de literatura egipcia contemporánea. Respecto a Bernhard sólo puedo decir que ha sido mi catársis personal. Ha influido doblemente en mí: como lector y como personaje. Gracias Antonio por ese libro.

Nos vemos pronto,
P.