Hace pocos minutos se ha acabado el verano y claro es momento de mirar para atrás y darse cuenta que no ha ido tan mal. Julio pasó con tranquilidad y en buena compañía. Que si un día de playita por aquí, que si un kebab con el Pato y Ricardo, que si una invitación de Rafa para pasar unas horitas en la Torre, que si un cine con mi Amorcito....
Y en estas llegó Agosto. De hecho, cuando la gran aventura empezó todavía vivíamos en el séptimos mes. Primera parada: Rennes en la Maison Jeunes de Chantepie con Szymon. Días para descansar, leer, visitar Saint-Malo o Mont Sant-Michel...
Una semana después tomamos rumbo a un pequeño villorrio del Finisterre francés llamado Tourc'h (no hay error en la grafía, lo prometo). Disfruté de 3 hermosas semanas reformando el exterior de un antiguo presbiterio para que algún día se convierta en un punto de encuentro de los jóvenes lugareños. Teníamos de todo: polacos, ingleses, afganos, rusos, coreanas, franceses, ecuatorianos y algún que otro español. Verbalmente abundó el inglés y el francés, aunque a las piedras les dio por no hablar mucho.
Mi orgullo subió al ver que me desenvolvía muy bien con los lugareños en su lengua materna y con el añadido de adquirir algún bretonismo (Kenavo!!!!!). Además, leí dos libros en français que pueden que me hayan ayudado a aprobar la última parte de mi examen de la EOI.
Y con Septiembre, llegó la vuelta al RO y ver todas esas caras amables que me acompañan día a día. Reparto de cursos, nuevos proyectos, nuevos alumnos.... Ánimo, hay que levantar esa cara que me impide estar al 100 %. Cuestión de días.
En fin, acabo con la frase más repetida del verano NICK TA MERE!!!! (me encanta que sólo lo entienda el bueno de Dhyego)
Saludos,
Patxeko
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