
La Costa Azul con sus playas de aguas turquesas y sus pueblos provenzales me subieron el ánimo y me relajaron en la justa medida que necesitaba. Volveré por allí en el futuro porque merece la pena. La única y pequeñísima pega es que en ciertos momentos me agobié por el exceso de turistas en ciertos rincones donde el murmullo del mar y silbido de los pinos hubiera sido la banda sonora perfecta. Pero claro, yo también era uno de esos turista que contribuía al caos general.
Ahora me siento muy bien por haber ido y haber conocido como es la vida por esa zona y de haber disfrutado de la mejor compañía, ¡Gracias Amélie! Nos vemos en inviernos en las faldas de esa señora mayor llamada Montaña Blanca.
Un saludo,
Patxeko
1 comentario:
Coucou,
Gracias por las fotos!! Me alegro mucho de que tu estancia en mi region te gusto.
Te espero dentro de poco para mas aventuras en las montañas!
Un abrazo, Amélie.
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