lunes, 18 de agosto de 2008

Malditos Gestos

Hace 72 años se celebraron las olimpiadas de Berlín en un marco geopolítico muy similar al actual. Donde decíamos ascensión del nazismo ahora decimos falta de libertades. Los líderes mundiales de aquel entonces (Churchill y Stallin entre otros) practicaron lo que se llamó la política de gestos para no desairar a un Hitler que se eregía como cabeza visible de la gran nación germana. La historia nos ha demostrado que esos malditos gestos no sirvieron de nada, pues todo desembocó en una de las páginas más negras de la historia de la humanidad.
Ahora vivímos en 2008 y parece que nada hemos aprendido. Tibet seguirá esperando a que alguien apoye su causa. Internet se queda en carretera comarcal debido al exceso de celo de las autoridades chinas. La gente que vive por debajo del umbral de la pobreza se cuentan en millones. Las políticas de crecimiento familiar siguen oscuras directrices. Aquellos que pensaron que los juegos olímpicos contribuirían a cambiar un régimen sucio y totalitario como este se equivocaron, igual que se equivocaron en 1936.
Vivimos momentos esperanzadores cuando los Merkel, Sarkozy, Zapatero y Cía gritaban a los cuatro vientos que boicotearían la ceremonia de apertura si no se producían cambias significativos en el proceder del anfitrión. Todo mentira. Al final, se ha optado nuevamente por la política de gestos, es decir, no hemos aprendido nada en 72 años.
Además, ahora se pasea por París el Dalai Lama buscando apoyos para su causa nacional y
el presidente francés no tiene intención de reunirse con él durante los 12 días de estancia del líder espiritual tibetano en Francia. Es un visitante incómodo en las presentes circunstancias. A lo máximo que llegará Sarko es a enviar a su esposa, Carla Bruni, y al ministro de Exteriores Kouchner a la inauguración de un templo budista en Lodève.
Sólo recordar que finalmente, Sarko estuvo en Pekín durante la apertura de los juegos. El Elíseo asegura que el presidente entregó al líder chino, Hu Jintao, una lista de disidentes para solicitar su excarcelación. El anfitrión no debió de inmutarse. Son asuntos internos. Así que el presidente de Francia prefirió concentrarse en la espectacularidad de la ceremonia de apertura olímpica y en la buena noticia del grupo EDF construirá dos reactores nucleares en China. El Tíbet, y el Dalai Lama, pueden esperar.
Ya decía Groucho Marx: "Tengo unos principios, pero si no le gustan, tengo otros". Este tipo ganaría unas elecciones.

Un saludo,
Patxeko

1 comentario:

Anónimo dijo...

tengo una foto jajaja que cuando la veas te reiras muchisimo , creo que es la mejordel viaje de Estudios sin duda


Saludos tío

Ñetes