Hoy es día de lavar conciencias. Es el día mundial de la Tierra. Hoy cambiaremos nuestros hábitos para limpiar un poco nuestros crímenes, pero como todo: lo que se moja, se seca al poco tiempo. Mañana volveremos a abusar del coche, a tener 10 cosas que no usamos encendidas, a dejar el grifo abierto mientras nos cepillamos la dentición,... Todo esto me parece fútil. Parece que queremos ganar un pin. No me siento cómo con nuestra forma de vida, pero nos hemos habituado a un ritmo que no es sostenible. Yo también soy culpable.
Cada poco nos desayunamos con atentados contra la naturaleza, pero el tiempo todo lo cura. ¿Quién se acuerda de Aznalcóllar? ¿Y del Exxon Valdez? ¿Y de la cafetera Prestige? Esto no es algo nuevo. Cerca de casa, tenemos uno de los mayores desastres: La Manga del Mar Menor. Es asqueroso todo lo que encuentro cada vez que voy y duele imaginar qué bonito sería todo sin tanto cemento. Definitivamente es una batalla perdida.
Salud (porque la Tierra es un enfermo incurable)
Patxeko
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