El nuevo presidente ruso Medvedev acaba de nombrar su nuevo gabinete para dirigir al país más grande y uno de los más poderosos del mundo. Como primer ministro ha elegido a un político de sobra conocido en el mundo: Vladimir Putin.
Hay que recordar que la constitución rusa no permite a un presidente gobernar más de ocho años seguidos. En esa democracia encubierta el bueno de Putin ha aprovechado el habitual agujero que hay en toda ley para lanzar dentro de su partido al marioneta Medvedev y que éste lo confirme en ese cargo. ¿Alguien duda de quién gobernará Rusia?
Ya no sé que es peor para Rusia, si la dictadura de los comunistas y la pseudodictadura de Putin. Supongo que ahora pueden ir por el mundo diciendo que viven en una democracia pero sólo los ingenuos son capaces de creerlo. La actitud de la comunidad internacional me asquea y repugna. No pido que vayan a la guerra contra el gigante ruso, pero sí les pido que no validen ese régimen y que no nos engañen. Cada poco nos desayunamos con noticias como que el metro cuadrado en Moscú es el más caro del mundo o que cierran medios de comunicación no afines al putinismo (debemos crear un término para definir a este fenómeno).
Este antiguo agente de la KGB creció leyendo historias sobre los zares y el imperialismo ruso y se ha propuesto redefinir la figura del zar en términos del siglo XXI. Es indecente ver como mucha gente muere en las calles rusas, mientras el país es el primer importador de artículos de lujo del mundo. Las mayores ostentaciones públicas se dan cita junto a las mayores miserias. Putin ha creado personajes inmorales como Abramovich (que se compra un club de fútbol como capricho) que derrocha el dinero sin preocupación. Con personajes como estos, vuelvo a reiterar mi pérdida continuada de fe en la clase política y todo el teatro y pantomima que acarrean.
Asco de vida (para unos más que para otros)
Patxeko
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